“Después de esto, derramaré mi Espíritu sobre todo el género humano. Los hijos y las hijas de ustedes profetizarán, tendrán sueños los ancianos y visiones los jóvenes” Joel 2.28 NVI “He aquí, yo enviaré la promesa de mi Padre sobre vosotros; pero quedaos vosotros en la ciudad de Jerusalén, hasta que seáis investidos de poder desde lo alto” Lucas 24.49 NVI “Pero cuando venga el Espíritu Santo sobre ustedes, recibirán poder y serán mis testigos tanto en Jerusalén como en toda Judea y Samaria, y hasta los confines de la tierra” Hechos 1.8 NVI
Dios prometió desde el Antiguo Testamento que pondría su Espíritu Santo sobre todo el género humano (Joel 2.28-29). Jesús durante su ministerio confirmó la promesa del Padre y les dio instrucciones a sus discípulos para recibir el regalo (Jn 14.26, Lc 24.49, Hechos 1.8).
La promesa se cumplió en Hechos 2 (durante la fiesta de Pentecostés) y está disponible para todos aquellos que le hayan entregado su vida a Jesucristo (Hechos 2.38-39, Lc 11.13).
¿Qué significa que el Consolador estará con nosotros para siempre?
