“Tú bien sabes que, debido a las guerras en que mi padre David se vio envuelto, no le fue posible construir un templo en honor del Señor su Dios.
Tuvo que esperar hasta que el Señor sometiera a sus enemigos bajo su dominio. Pues bien, ahora el Señor mi Dios me ha dado paz por todas partes, de modo que no me amenazan ni adversarios ni calamidades.
Por lo tanto me propongo construir un templo en honor del Señor mi Dios, pues él le prometió a mi padre David: Tu hijo, a quien pondré en el trono como sucesor tuyo, construirá el templo en mi honor.» 1 Reyes 5.3-5 NVI
Salomón tenía una tarea en particular en la cual utilizar su sabiduría. Años antes, su padre (David) se había propuesto edificar una casa para Dios: un templo como tributo al gran nombre y prestigio de Dios. Pero Dios le dijo a David que esa tarea no era para el sino para su hijo Salomón.
Una de las contribuciones mas grandes que haría Salomón al pueblo de Dios y la historia de la redención sería la construcción del templo de Dios. Salomón tuvo cuidado de obedecer las instrucciones para edificar el templo de manera que magnificara la grandeza de Dios.
El templo debía ser el lugar donde el nombre de Dios se exaltara y su presencia se experimentara para que las naciones supieran que el Señor es Dios. Esta estructura física era tan solo sombra del verdadero lugar donde habitaba Dios y que llegaría mas adelante: Jesucristo.
¿Porqué cree que no se le permitió a David (padre de Salomón) construir el templo?