«El Señor le dijo a Moisés. «Quiero que envíes a algunos de tus hombres a explorar la tierra que estoy por entrega a los israelitas. De cada tribu enviarás a un lider que la represente.»» Números 13.1 NVI
«Caleb hizo callar al pueblo ante Moisés, y dijo: Subamos a conquistar esa tierra. Estoy seguro de que podremos hacerlo. Pero los que habian ido con él respondieron: No podremos combatir contra esta gente. ¡Son más fuertes que nosotros! y comenzaron a esparcir entre los israelitas falsos rumores acerca de la tierra que habían explorado.» Números 13.30-33 NVI
«Aquella noche toda la comunidad israelita se puso a gritar y a llorar. En sus murmuraciones … la comunidad decía: «¡Cómo quisiéramos haber muerto en Egipto! ¡Más nos valdría morir en este desierto!.» Números 14.1-2 NVI
A pesar de la provisión, la presencia de Dios y la instrucción de Dios, las quejas del pueblo que habían comenzado apenas pasaron el mar Rojo se intensificarón. El pueblo no murmuraba contra Moisés sino en definitiva, levantaban su puño hacia Dios.
El pueblo llegó al borde de la tierra de Canaan (la tierra prometida) y se rebeló contra Dios negándiose a entrar y quejándose contra su provisión así que Él los castigo por su continua desobediencia haciendo que vagaran por el desierto 40 años hasta que esa generación rebelde cayera muerta en el desierto (Solamente Josué y Caleb que creyeron a Dios entraron de esa generación).
