Cerca de 1989, Martín Rodríguez por más de un año estuvo enseñándome un estilo de vida diferente, abrió mis ojos a la Palabra de Dios, a la misión y a la causa de Jesucristo. Se tomó tiempo para desarrollar en mí el carácter de un cristiano. Después, Francisco Lizama me ayudó a avanzar. De ambos amigos estoy agradecido porque modelaron una vida cristiana en mí y aún sigo en ese proceso buscando replicarlo en otros, que es a lo que Jesús nos llama.
El llamado es, dejar de ser solo creyentes y convertirnos en cristianos comprometidos por la causa de Jesucristo que es ¡hacer discípulos!, en ser utilizados para servir y llevar sus propósitos perfectos en la vida de otros, ser los comisionados para llevar un mensaje de esperanza al necesitado.
TRES ESTRATEGIAS PARA COMPROMETER A OTROS A LA CAUSA DE JESÚS:
- CONTARLES: Decir a otros nuestra propia historia, que sí es posible caminar una vida íntegra, que sí podemos ser transformados. Salmos 78:1-6 dice “Pueblo mío atiende mis enseñanzas, presta oído a la palabra de mi boca mis labios pronunciarán parábolas y evocarán misterios de antaño…”, el mejor ejemplo de hablar con ilustraciones y parábolas es Jesús, que lo hacía para facilitar la enseñanza de su vida, no lo hacía con palabras complejas ni teologías extrañas, si no con vivencias que hacían entender que Dios transforma y ayuda.
“Hemos oído y conocido y que nuestros padres nos han contado” esto es tarea de todos, transmitir estas historias a las nuevas generaciones de jóvenes por edad como en la fe.
- ENTRENARLOS: Para fortalecer a otros y hacerlos discípulos, debemos instruirlos. Hechos 16:1-7 narra cuando Pablo une a su equipo a Timoteo, tomándolo de la mano, hablándole, enseñándole y llevándolo a los viajes y misiones. Vio su potencial hasta formarlo como un discípulo.
- ENSEÑARLES: Ser buenos hacedores de discípulos, enseñándoles el valor de las escrituras para vivir como cristianos preparados para toda buena obra, poniendo en práctica las enseñanzas de Jesucristo que es el patrón de vida a imitar.
Levíticos 25:10 dice que proclamemos libertad para todos los habitantes de la tierra, por ello oramos que Dios trabaje en nuestra mente y corazón para formar Timoteo a quienes sirvamos y transmitamos en lo que fuimos enseñados, para que la causa de Jesucristo siga brillando y así transformar nuestro vecindario, escuela, trabajo y ciudad. (Estuardo Orantes)