“La palabra del Señor vino a Jonás hijo de Amitay: «Anda, ve a la gran ciudad de Nínive y proclama contra ella que su maldad ha llegado hasta mi presencia.»” Jonás 1.1-2 NVI.
“El Señor le dijo: Tú te compadeces de una planta que, sin ningún esfuerzo de tu parte, creció en una noche y en la otra pereció. Y de Nínive, una gran ciudad donde hay más de ciento veinte mil personas que no distinguen su derecha de su izquierda, y tanto ganado, ¿no habría yo de compadecerme?. » Jonás 4.10-11 NVI.
Dios ama a su pueblo con un amor que no se apoya en su conducta ni su fidelidad sino en Su propio carácter inmutable. Como Él ama de esta manera, Dios busca. No expresa tan solo Su amor con palabras, va activamente en busca de los pecadores y los sigue para restaurarlos a una relación correcta con Él.
Una nueva nación había subido al poder en la escena mundial. Los asirios eran conquistadores brutales y las naciones les temían en gran manera. Este imperio sería el objetivo del mensaje del profeta Jonás ya que Dios le dijo que fuera a Nínive capital de los asirios y una ciudad grande en número.
Sin embargo Jonás se resistió y solo terminó comunicando el mensaje de mala gana. En Jonás encontramos a alguien reacio a predicar la Palabra de Dios. Esto preparara una confrontación entre Dios y Su profeta, en el cual Jonás aprendería la verdad sobre la compasión de Dios por las naciones.
¿Cuáles crees que son algunas de las razones por las cuales podrías tratar de huir del llamado de Dios?