“Cuando Salomón llegó a viejo, sus mujeres le pervirtieron el corazón de modo que él siguió a otros dioses, y no siempre fue fiel al Señor su Dios como lo había sido su padre David. Por el contrario, Salomón siguió a Astarté, diosa de los sidonios, y a Moloc, el detestable dios de los amonitas. Así que Salomón hizo lo que ofende al Señor y no permaneció fiel a él como su padre David.” 1 R 11.4-6 NVI.
“el Señor le dijo: «Ya que procedes de este modo, y no has cumplido con mi pacto ni con los decretos que te he ordenado, puedes estar seguro de que te quitaré el reino y se lo daré a uno de tus siervos».» 1 Reyes 11.11 NVI.
A pesar de toda la sabiduría y bendición que recibió del Señor, el rey Salomón tomó otro camino y comenzó a descarriarse. Su vida y su reinado se salieron de control cuando él se alejó del Dios que lo había llamado y establecido como rey.
Salomón fue un rey cuyo reinado estuvo marcado por la prosperidad y la paz. Al final, su transgresión pecaminosa llevó a la división del reino. A partir del inicio del reinado de Roboam, hijo de Salomón, (1 Reyes 12.1-24) se establecieron los reinos de Israel y de Judá.
Jesús se refirió a si mismo cuando declaró “… he aquí, mas que Salomón en este lugar” (Lucas 11.31) Mientras que las decisiones pecaminosas de Salomón dividieron el reino, la sumisión de Cristo a Dios estableció una nueva unidad para el pueblo de Dios.
¿Cuál fue la respuesta de Dios ante la desobediencia de Salomón?