“-¿Por qué buscan ustedes entre los muertos al que vive? No está aquí; ¡ha resucitado! Recuerden lo que les dijo cuando todavía estaba con ustedes.” Lucas 24.4-5 NVI.
“Así está escrito, y así fue necesario que el Cristo padeciese, y resucitase de los muertos al tercer día; y que se predicase en su nombre el arrepentimiento y el perdón de pecados en todas las naciones, comenzando desde Jerusalén. Y vosotros sois testigos de estas cosas.» Lucas 24.46-48.
Jesús había completado la obra que el Padre le había encomendado. Había vivido y había muerto según Su misión. Así como el reino de Dios invierte los principios de este mundo, la muerte de Jesús trae vida a todos los que creen en Él.
La muerte de Jesús no fue el final, fue un principio. Aunque Jesús había muerto a manos de los romanos y líderes judíos, también había muerto según el plan y el propósito de Dios. Jesús prometió levantarse de entre los muertos en victoria.
Sus seguidores habían abandonado toda esperanza, pero Dios no había terminado. Jesús resucitaría de entre los muertos y validaría Su promesa de salvación y el resto de las promesas de Dios.
¿Alguna vez atravesaste una experiencia y mas tarde te diste cuenta de cómo Dios había en medio de ella?
