Las familias están en profunda crisis de valores y de falta de condiciones económicas dignas, respeto, educación y equidad, comentó una periodista, y es una realidad en Guatemala, donde vemos una sociedad rota, con el 75% pobre; 25% pobre extremo; 40% de menores abandona el hogar; 1 de cada 4 familias está desintegrada; etc. estas estadísticas alarman, pero necesitamos conocer nuestra realidad para actuar, pues el 40% de los guatemaltecos son evangélicos, debiendo preguntarnos ¿representamos ese porcentaje? ¿por qué nuestra sociedad está rota?.
Jesús dijo que debíamos amar al prójimo como a nosotros mismos, comparándolo con aquel hombre que lo vio el sacerdote y el levita; sin embargo, sin ayudarlo siguieron su camino; pero un buen samaritano se acercó, se compadeció, lo curó y lo cuidó, ejerciendo un liderazgo compasivo como Jesús (Marcos 6:34). Enfocado a nuestra realidad, hay familias rotas y como Jesús debemos acercarnos, enseñarles y acompañarlos.
Hemos caído en insensibilidad, teniendo nuestras vidas sin preguntarnos ¿cómo está mi prójimo, la familia del vecino, mi familia, mis hijos, mi cónyuge? ¡Hay retos que debe enfrentar la familia!:
- Fe y espiritualidad;
- Mejorar comunicación y convivencia como familia (estamos en casa, pero sin ser familia);
- Transmitir principios y valores; y,
- Mantenernos firmes en la verdad absoluta. “El reto más importante para la familia hoy es ser familia”.
Tenemos esa ruptura espiritual, pero Dios quiere conectarnos y mostrarnos un liderazgo compasivo, donde acompañemos a gente rota y necesitada, método conformado por las letras R.O.T.A.:
Restaurar: (Job 22:33) ¡Si regresas a Dios y arreglas lo malo, tu hogar será restaurado! El reto es recuperar a la familia, conectarnos y comunicarnos más, teniendo más tiempos de comunión.
Orientar: Prioricemos lo más importante para la familia, no todo es viaje, disfrutar, celulares, etc. necesitamos COMUNICARNOS y orientarnos hacia el lugar correcto, no solo es hacer dinero, salir bien en las fotos, sino seguir el camino instruido en La Palabra. (Josué 1:8).
Transformar: Jesús nos encuentra rotos y quiere transformarnos (Deuteronomio 28:9), somos responsables de transferir la bendición, si queremos transformación en nuestra familia.
Acompañar: Las personas y familias rotas deben ser restauradas y acompañadas como lo hizo Jesús en cada una de las etapas de nuestra vida. (Isaías 41:10)
Son retos difíciles por trabajo, tecnología, ideologías, etc. pero retomemos la convivencia familiar, estemos presentes en la familia y acompañemos a otros para ser impacto en la sociedad. (Marvin Paredes).