(Héctor Morales)
Puede parecer elemental preguntar ¿Qué es la adoración? Pero es realmente sorprendente el poco entendimiento que muchos cristianos tienen sobre lo que es la cosa mas fundamental de nuestra existencia. Muchas de las ideas que algunos tienen sobre el tema, giran más alrededor de estilos, modas, sentimientos y preferencias que sobre la esencia misma de la adoración. La manera en que adoramos es, por supuesto, de gran importancia para nosotros, pero nuestra principal consideración debe ser lo que da placer y gloria a aquel que es el objeto de nuestra adoración, esto es a Dios.
Cualquier cosa que la palabra adoración signifique para usted en su propia experiencia y expresión, esta palabra habla primordialmente sobre responder a Dios. Lo que llamamos “servicio de adoración” no pasa meramente por usar cierto período de tiempo en la iglesia un domingo por la mañana para entonar algunos cantos. Es probable que todos hayamos estado en servicios de adoración donde, al menos en apariencia, parecía haber poca adoración verdadera a Dios.
¿Qué es entonces la adoración? Podemos decir que “la adoración es una respuesta activa a Dios mediante la cual declaramos su dignidad”. La adoración no es pasiva, sino participativa. La adoración no es simplemente un estado de ánimo, es una respuesta. La adoración no es solo un sentimiento, es una declaración de Su dignidad. Adorar a Dios es atribuir a Él, suprema exaltación porque solo Él es digno. El Salmo 48.1a NVI dice “Grande es el Señor, y digno de suprema alabanza” mientras que en el Salmo 96.7-8 DHH nos exhorta “Den al Señor, familias de los pueblos, den al Señor el poder y la gloria; den al Señor la honra que merece”. El apóstol Juan reafirma esta exhortación al escribir en Apocalipsis 5.11-12 “Y miré, y oí la voz de muchos ángeles alrededor del trono, y de los seres vivientes, y de los ancianos; y su número era millones de millones, que decían a gran voz: El Cordero que fue inmolado es digno de tomar el poder, las riquezas, la sabiduría, la fortaleza, la honra, la gloria y la alabanza”. Aleluya, Él es digno.
Las palabras hebrea y griega usadas en la Biblia y traducidas al español como adoración y al inglés como worship significa en esencia “postrarse en homenaje haciendo reverencia ante la realeza o a Dios” llevando con ello la idea intrínseca de rendición. Al ser tentado por el diablo, Jesús respondió con las Escrituras (Mateo 4.1-11). El engañador, al mostrarle todos los reinos del mundo y la gloria de ellos, le dijo a Jesús “Todo esto te daré si te postras y me adoras”; Jesús le respondió tajantemente citando una Escritura de Deuteronomio: “¡Vete, Satanás! Porque escrito está: Adorarás al Señor tu Dios, y a Él sólo servirás.”
Nuestra adoración, y por ende nuestro servicio, son únicamente para Aquel que nos creó, nos llamó y nos redimió para que seamos para alabanza de Su gloria. Adorémosle.
Kendrick, G. (1984). Learning to Worship. Bethany House Publishers. Minneapolis MN.
Allen, R. y Borror, G. (1982) Worship, Rediscovering the Missing Jewel. Multnomah Press. Portland Oregon.
